Padres y madres somos el ejemplo a seguir de nuestrxs hijxs. Por lo tanto, es muy importante que sepamos gestionar nuestro enfado. Está claro que enfadarse no es malo, siempre y cuando expresemos este enfado de una forma respetuosa, diciendo lo que sentimos y centrándonos en nosotrxs mismos.
El ser humano tiene el instinto de atacar y es necesario para nuestra supervivencia. ¿Y cuándo se activa este instinto? Sobre todo, cuando nos sentimos atacados, cuando tenemos la necesidad de defender nuestras ideas y límites. Para defendernos a nosotros mismos o a los que queremos.
Cuando nos enfadamos nos ocurren 4 cuatro cosas: lo que pasa en nuestro organismo, lo que pasa en nuestro pensamiento, lo que sentimos y lo que hacemos. No podemos controlar lo que sentimos, y queremos controlar lo que hacemos, esto es, por ejemplo, gritar. Para ello necesitamos conocer las otras 2 variables. Por lo tanto, tenemos que tener en cuenta dos cosas, por un lado, lo que pasa en nuestro organismo y por otro lo que pensamos.
Cuando nos enfadamos nuestro organismo se activa: se aceleran los latidos del corazón y la respiración, se contraen los músculos, fruncimos el ceño (en realidad para proteger los ojos), endurecemos la mandíbula (para proteger los dientes y la cara)… En definitiva, nuestro cuerpo se prepara para la lucha.
Tenemos que darnos cuenta de que nuestros hijxs no nos atacan, pero muchas veces nos sentimos atacados por lo que pensamos:
-¡Pero qué piensa estx!
-No puedo creer, ¿Cómo puedes hablar así?
-Decir mil veces y sigue haciendo lo mismo
-No le importa lo que yo le diga
-Lo hace a posta, para enfadarme
-Es malo de verdad
-No anda con cuidado
-No tiene en cuenta todo lo que hago
…
Es esto lo que pasa cuando nos vemos a nosotros mismo o a quienes queremos en peligro.
Esto nos pasa a todos los seres humanos. Lo que cambia es la forma de expresarlo. Depende de las distintas variables, cada uno expresa el enfado de una manera: el estado del momento, nivel de enfado, lo que hemos aprendido, como nos hemos criado…
Cuando nos enfadamos como padres y madres, muchas veces gritamos, atacando al niñx verbalmente.
Entonces, ¿Qué podemos hacer? Tenemos que tener en cuenta 4 puntos importantes para gestionar el enfado. Con estos cuatro puntos, nos será más fácil comunicarnos de una forma adecuada.
1.- Controlar el cambio de nuestro organismo. Nuestro cuerpo no tiene que prepararse para luchar. Por lo tanto, controlar la respiración, alejarse un poco… e intentamos desactivar un poco. Podemos empezar cuando notemos que los latidos han bajado.
2.-Cambiar lo que pensamos sobre el niñx. El niñx no quiere atacarnos. Los niñxs muchas veces no saben hacer las cosas de otra manera y tenemos que enseñarles nosotros. Conocer el desarrollo del o de la niñx puede ayudar mucho. Ponernos en el lugar del otro nos tranquilizara mucho.
3.-Centrate en lo que necesitas, no en lo que ha dicho o hecho tu hijx. ¿Por qué crees que a veces te afectan las cosas y otras no? Todo depende de si tiene satisfechas tus necesidades. Acepta el enfado. Estamos enfadados y no es malo. Expresar lo que necesitamos nos puede ayudar mucho.
4.-Pide lo que necesites y ayuda a tus hijxs ofreciendo opciones. Si ha cometido un error, enséñale a hacerlo de otra forma.
No Comments