Yo comparo, tu comparas, el compara…
Que las comparaciones son odiosas, lo decimos muchas veces. Pero realmente no somos conscientes de lo importante que es darnos cuenta de lo realmente odiosas que son.
Las comparaciones son peligrosas, y muy difíciles de usar de una forma fructífera. Digo esto porque en ocasiones, las comparaciones nos pueden ayudar a mejorar un poco más, a superarnos un poco más, pero es muy fácil, caer en la trampa del inconformismo y del complejo constante de inferioridad.
Cuando nos comparamos, automáticamente, nos estamos menospreciando, o estamos menospreciando a los demás comparándolxs a ellxs.
Se dice que hay que compararse con unx mismx, para superarse, pero aquí también tenemos que tener cuidado, ya que nos tenemos que dar cuenta de que cambiamos, y somos diferentes en las distintas etapas de nuestra vida. Ni mejores, ni peores, simplemente diferentes.
Los comentarios típicos de cuando miramos fotos del pasado: “Uff, que pintas, que vergüenza,…” o “¡Qué guapo era!”, lo hacemos automáticamente, por inercia, porque todos lo hacen y porque nos lo han enseñado, pero con estas comparaciones nos hacemos daño también.
Te propongo que dejes de hacerlo, de compararte digo. Empieza a describirte. Sin adjetivos calificativos. Simplemente diciendo lo que ves.
“En esta foto tenia los pelos muy alborotados” en vez de “¡Qué pelos de loca! ¡Qué pintas! Era la moda, porque eran otros tiempos, por que eras diferente. Ni mejor, ni peor, diferente. ¡Y estabas como querías estar! Igual que ahora. Por que eras, y ahora, eres. Y ser, es importante.
Lo peor de todo esto, es que como siempre digo, somos el ejemplo de nuestrxs hijxs, y cada vez que nos comparamos, les enseñamos a compararse. Y aquí empieza el verdadero problema.
Así que describamos. Sin comparar. Solo describe.
Cuando comparamos a los demás solo les dañamos, y sobre todo cuando al/a la que comparamos es un/una niñx.
Cuantas veces oímos a lxs niñxs compararse entre ellxs? Yo soy más grande, yo tengo más juguetes, yo soy más alta, yo tengo más fuerza, mi padre es más fuerte, ella es más guapa… ¿De dónde creéis que aprenden a comparar?
“Tu hermano es más pequeño que tu y se atreve”, “Con lo mayor que eres y todavía no has aprendido”
Las comparaciones positivas también tienen lo suyo: “¡Que mayor eres! ¡Lo haces mejor que tu hermano!”. En este caso el mensaje que le estamos dando es: Si puedes ser mejor que tu hermano, también puedes ser peor. Y no se es ni peor, ni mejor. Se es diferente.
Somos como somos. Ni mejores ni peores. Tu hijx es maravillosx con todas sus características. Tú eres maravillosx, con todas tus características.
Aprende a conocerle y ayúdale a que se conozca y se acepte a sí mismx tal y como es. Acéptate tal y como eres, acuérdate de que eres su ejemplo.
Porque TODXS somos únicxs.
No Comments