El tema de los límites es uno de los temas que más preocupa a padres, madres y educadorxs.
Ya hemos solido hablar sobre que hay límites obligatorios, que son todos los relacionados con la seguridad y el respeto, y que luego están los opcionales, que dependen de las necesidades de cada familia…
Pero también surgen muchas dudas a la hora de ponerlos. Por eso hoy hablamos sobre CÓMO poner estos límites. Y en realidad es muy simple.
Lo Primero es decir simplemente NO, o PARA, o YA. Tenemos que saber (aprender poco a poco) que si alguien nos dice NO, simplemente paramos. Y luego también le daremos una explicación, muy breve o breve.
Si el niño al que le ponemos el límite es un bebe que nos está tirando del pelo, porque simplemente está explorando, le apartaremos la mano, con suavidad y le diremos que NO, que eso hace daño. El niño probablemente seguirá tirándonos del pelo y yo tendré que repetir el mismo proceso unas cuantas veces. Y esto es así, es normal que no lo entiendan a la primera, no nos está tomando el pelo. Los bebes actúan por instintos y el instinto siempre hay que dirigirlo a otra manera de satisfacerlo, por lo que el segundo paso siempre será darle otra opción, ya que de lo contrario, seguirá haciendo lo mismo, para saciar ese instinto del que hemos hablado, por lo que siguiendo con el ejemplo del pelo, le daremos al niño algo d lo que tirar, como una cuerda, un pañuelo, podemos ponernos una peluca por ejemplo… Lo mismo si el niño me muerde. Le diré que NO, y le apartare la boca, le diré que eso duele mucho, que eso hace daño, y le ofreceré algún objeto o alimento que sí que pueda morder. A veces se dice que los niños no entienden la palabra NO, y la cuestión es que no saben hacer otra cosa cuando el instinto es el que manda, sobre todo cuando son muy pequeñitos, por lo que después de ese NO, siempre hay que decirles qué es lo que SÍ pueden hacer.
Poco apoco según el niño vaya creciendo, después de decirle que NO, tendré que alargar algo más la explicación, (a partir de los 2 años más o menos). Le daré alguna opción alternativa, y en caso de que tampoco lo acepte, acompañaré su frustración.
Por lo tanto resumiendo:
1-NO debes hacer eso (mencionado lo que no tiene que hacer.)
2-Explicar por qué no (sin alargarnos demasiado sobre todo cuando son pequeños)
3-Darle una opción que sí que puede hacer
4-Acompañar su frustración, comprendiendo que no poder hacer eso que tanto quería, le duele. Explicarle que entiendes esa frustración, los sentimientos de rabia, enfado o la pena que siente.
RECORDAD LA IMPRTANCIA DE DARLE OPCIONES QUE SÍ PUEDE HACER.
Para profundizar más en cómo poner límites de una forma respetuosa, os recomiendo leer sobre la “comunicación no violenta”.
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